Son desechos y residuos provenientes del metabolismo. La presencia de pequeñas cantidades de toxinas en nuestros tejidos es perfectamente normal, dado que, por su propio funcionamiento, el organismo produce desechos. Además, esta preparado para liberarse de ellos.

Parte de las "toxinas" presentes en el cuerpo proviene del interior, del desgaste de los propios tejidos. Cada día, el cuerpo debe eliminar los restos de las células desgastadas, los glóbulos rojos muertos, minerales utilizados, etc. Las proteínas por ejemplo, una vez degradadas producen urea y acido úrico; la combustión de la glucosa produce acido láctico y gas carbónico; las grasas mal formadas, ácidos cetónicos.

Cuando comemos mas de lo que quemamos, es decir, mas de lo que necesita nuestro organismo para funcionar, nuestro cuerpo se encuentra en presencia de sustancias que no sabe que hacer con ellas.

El estado de intoxinacion se alcanza muy pronto en la actualidad, por que comemos demasiado. En los paises desarrollados cada habitante consume un promedio de 3.400 calorías al día, cuando le serian suficientes 2.400. Es decir, le sobra una tercera parte.

Cuando la producción de desechos excede a las posibilidades de eliminación del cuerpo, las toxinas se acumularán en los tejidos, el liquido intersticial se acidifica lo que va a constituir el lecho de enfermedades futuras.

Las cifras nos permitirán comprender mejor la importancia de una eliminación insuficiente.

Los riñones deberían eliminar de 25 a 30g de urea cada 24 horas. Si solo eliminan 20g, eso representa una retención de 5g al día. Si los riñones eliminan solo 12g de sal (cloruro de sodio) cada 24 horas, si en la alimentacion ingerimos 15 gr. o más, hay retención de 3g diarios.

Evidentemente, estas cifras no reflejan la verdad absoluta, pues los desechos se eliminan por muchas puertas de salidas, pero permiten, sin embargo, hacerse una idea de la velocidad a que podría realizarse la intoxinación.

Ademas de la “intoxicación” interna, hay otras que viene del exterior. Son sustancias totalmente extrañas al funcionamiento normal del cuerpo, que le son nocivas y que, por este motivo, se pueden calificar de tóxicas o de venenosas. Por desgracia hoy en dia nos intoxicamos mucho mas de lo que lo hicieron nuestros abuelos ya que usamos muchas mas sustancias contaminantes.

El envenenamiento que sufren los cultivos agrícolas, la cría intensiva de animales en granjas,  la contaminación del aire, del agua y de los suelos (insecticidas, fungicidas, herbicidas ...) hace que los alimentos pierdan esa pureza que antaño poseían. Los componentes nocivos que contienen, penetran en nosotros cuando los consumimos y contribuyen así a aumentar el nivel de desechos en nuestros tejidos. Y todo esto sumado al hecho de que esas sustancias, por su propia naturaleza son…tóxicas.

En la ganadería se produce el mismo proceso. A menudo los animales son sometidos a un exceso de medicamentos (por ejemplo, antibióticos) para que puedan sobrevivir en las condiciones antinaturales de acinamiento en que se encuentran, o para aumentar artificialmente su peso (hormonas). Estos medicamentos se encontrarán, por cierto, en la carne que consumimos e incluso parcialmente en los subproductos animales como los huevos, la leche y otros productos lácteos.

Los medicamentos químicos o sintéticos y las vacunas son también causa de la intoxicación de nuestro organismo. Si sólo se tomasen en situaciones excepcionales, no tendrían un efecto tan nefasto como el que encontramos en nuestros dias consecuencia de una sobremedicacion.

Además, absorvemos regularmente colorantes, emulsionantes, potenciadores del sabor, estabilizantes, antioxidantes, agentes conservadores, etc., toda una larga lista de aditivos que agregamos a los alimentos, no para mejorar su valor nutritivo, sino para que mejoren su apariencia y se conserven más tiempo.

Aunque presentes en muy pequeñas cantidades en los alimentos, se ha calculado,  que el consumo promedio de esas sustancias es de 2 a 3kg al año por persona.

Afortunadamente, no todos los aditivos son tóxicos; algunos incluso son inocuos. Otros, en cambio, tienen una toxicidad cierta y conocida. Sin embargo, son tolerados, no por nuestro organismo, sino por…. "las reglamentaciones oficiales".