EL AYUNO

Los humanos han practicado el ayuno durante siglos y siglos por razones diferentes: creencias religiosas, como terapia o simplemente por falta de alimento.

La evolución genética de los seres humanos ha sido modelada por el ayuno impuesto por un estilo de vida de cazadores-recolectores donde había periodos de abundancia y de temporadas de hambrunas.

Por ellos nuestros cuerpos están adaptados para almacenar el exceso de comida cuando la había y poder disponer de ella en los periodos de escasez. Hoy en día en las sociedades occidentales la norma es el “exceso”, disponemos de todo tipo de alimentos y en todo momento y esto sin que muchas personas hagan casi ningún esfuerzo para su obtención. Nuestros genes no se han adaptado tan rápidamente a los cambios y siguen almacenando ávidamente cada vez que tienen oportunidad en previsión de tiempos de escasez que no se van a producir.

El cuerpo es un sistema diseñado por naturaleza para mantenerse sano, solo hay que ayudarle a llevar a cabo sus funciones sin interferir demasiado en el proceso.

Desde antiguo muchas culturas y religiones (Islam, Catolica, Hinduismo, ...) sabían que periódicamente debemos permitir que ese gran sistema de detoxificación entre en un modo mas intenso de funcionamiento dando descanso al cuerpo para permitirle “su limpieza”. Eso lo llevaban a cabo mediante Ayuno, el retiro y la meditación. Lo que proporciona al cuerpo y a la mente descanso.

Todas las criaturas en la naturaleza alternan ciclos de crecimiento y actividad con ciclos de descanso. Los animales dejan de consumir alimentos cuando enferman. Le dan descanso al sistema digestivo para desviar la energía digestiva hacia la defensa y la curación.

Comer constantemente sin dar descanso al sistema digestivo puede ser la causa principal de la incapacidad para desintoxicarnos de manera natural.

El ayuno es una especie de “reset” general del organismo por el que se pretende eliminar no solo residuos tóxicos del cuerpo sino también  pensamientos y emociones toxicas.

Es recomendable reservar un tiempo al día para permanecer en silencio, contemplación, meditación, hacer ejercicios respiratorios, Yoga, Tai Chi o lecturas sagradas….

Antiguamente, el proceso de limpieza a través de ayuno fue utilizado como una herramienta para la claridad espiritual. No consistía solo en hacer dieta, también era un proceso para limpiar el espíritu de sentimientos y pensamientos tóxicos  que causan sufrimiento en el corazón y en el alma.

La alimentación y los procesos relacionados con ella consumen una gran parte de nuestro “presupuesto energético” diario. La digestión, la absorción, el transporte y la eliminacion de los nutrientes son procesos costosos energéticamente hablando, a veces incluso llegando a gastar mas energía procesando los alimentos que la que obtenemos de ellos (esto pasa sobre todo con los alimentos "desvitalizados"). A veces el proceso consume tanta energia que el cuerpo te pide que heches una siesta para evitar mas gasto. Cualquier gran comilona provoca ganas de dormir. Los animales tambien comparten esta misma experiencia. Hasta los leones duermen varios dias después de un gran festin.

Síntomas que nos indican un exceso de toxicidad: el cansancio, la somnolencia,  la depresión, las alergias y las intolerancias alimentarias, el aumento de peso, los intestinos que alternan entre diarrea y estreñimiento, piel flácida y sin brillo, saburra gruesa en la lengua, sinusitis, hinchazón después de comer.…

En general el cuerpo y la mente se sienten hinchados, pesados, apagados, embotados... En una palabra es “la flema - humedad” de la que habla la milenaria Medicina Tradicional China. O el Amma de la medicina Ayurvedica…